En las obras todas las discusiones o malos entendidos que se producen (o casi todos) son por la diferencia entre lo que imaginamos y la realidad
Me explico. Al Arquitecto, inicialmente se lo pone en un pedestal de marmol...
Comentamos con nuestros amigos: "-nos comprende; nos interpreta muy bien; entiende perfectamente nuestras necesidades; vieras lo simpático que es!...y otros etcéteras más.
El tema se complica cuando la obra empieza. Esa relación de amor incondicional, se ensombrece más o menos lo mismo que sucede con algunas parejas, que pasan de la relación en común "sin papeles", al matrimonio (con papeles).
Algunas pequeñas fricciones quitan el aire de "romance" inicial. Nos ponen en realidad.
Es cuando al Arquitecto se le empieza a hacer responsable de los temas que nada tiene que ver con su trabajo, debiendo entender que su función no es policial, sino técnica.
Y como son temas que van al resultado final, el Arqº empieza a perder puntos.
El romance comienza a ser visto con otros ojos. El ideal pasa a la dimensión de lo real.
Pensamos inmmediatamente: "No nos atiende como antes, no nos comprende...etc."
Y luego, más adelante vienen los fantasmas que nublan en general la vista de los Clientes y deterioran el buen trato con vuestro Arqº.
Es cuando pasa de ser un ídolo, a ser casi el último tonto; "que no comprendo para qué lo contratamos; que esto podríamos hacerlo sólos....etc."
Y lo que pasó es que la obra es un cúmulo de trabajos, problemáticos, donde hay que coordinar tareas y/o secuencias que el cliente muchas veces no comprende (y no tiene porqué comprender!).
Y que lo que sucede es que en obra no todo debe ser permanentemente explicado ni discutido; porque es como si nos estuviesen operando en el quirófano y discutiéramos o distrajéramos al cirujano con preguntas o explicaciones que no vienen a cuento.
Sólo habría que esperar y ver el resultado...pero siempre aparece con buena fé esa necesidad de participar que tiene el Cliente y que el Arqº debe intentar "contener" para que la obra no se desordene y entre en caos, porque muchas manos en un plato...sabemos cómo termina.
En síntesis: para tener una buena relación con el profesional que los atienda sugiero como "manual de instrucciones":
Hasta la próxima!
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Al comienzo de la obra, un amor indestructible. |
Comentamos con nuestros amigos: "-nos comprende; nos interpreta muy bien; entiende perfectamente nuestras necesidades; vieras lo simpático que es!...y otros etcéteras más.
El tema se complica cuando la obra empieza. Esa relación de amor incondicional, se ensombrece más o menos lo mismo que sucede con algunas parejas, que pasan de la relación en común "sin papeles", al matrimonio (con papeles).
Algunas pequeñas fricciones quitan el aire de "romance" inicial. Nos ponen en realidad.
Cuáles son?
Sin pretender contarlas todas, van aquí algunas que se producen en los pequeños trabajos:- No vino el electricista.
- El paleta ensucia y no limpia.
- Le solicité al Arqº una modificación y no puso "buena cara".
- Me gustaría verlo en la obra más seguido...viene muy temprano o muy tarde.
- Un industrial me dijo que el Arquitecto....y que en otra obra....etc.
- Un cuñado me sugirió que .... y el Arquitecto no se lo tomó a bien.
- El lampista me dijo que mejor que esto...es aquello, y el Arqº no lo acepta.
- Hoy no vino nadie a la obra...Estuve a las 14 y a las 20,30hs y estaba desierta...
- La obra va muy lenta...
- Etc.
Es cuando al Arquitecto se le empieza a hacer responsable de los temas que nada tiene que ver con su trabajo, debiendo entender que su función no es policial, sino técnica.
Y como son temas que van al resultado final, el Arqº empieza a perder puntos.
El romance comienza a ser visto con otros ojos. El ideal pasa a la dimensión de lo real.
Pensamos inmmediatamente: "No nos atiende como antes, no nos comprende...etc."
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Y de repente, la obra es invadida por fantasmas. |
Es cuando pasa de ser un ídolo, a ser casi el último tonto; "que no comprendo para qué lo contratamos; que esto podríamos hacerlo sólos....etc."
Y lo que pasó es que la obra es un cúmulo de trabajos, problemáticos, donde hay que coordinar tareas y/o secuencias que el cliente muchas veces no comprende (y no tiene porqué comprender!).
Sólo habría que esperar y ver el resultado...pero siempre aparece con buena fé esa necesidad de participar que tiene el Cliente y que el Arqº debe intentar "contener" para que la obra no se desordene y entre en caos, porque muchas manos en un plato...sabemos cómo termina.
En síntesis: para tener una buena relación con el profesional que los atienda sugiero como "manual de instrucciones":
- Confiar en lo que os diga quien dirige la obra. Tiene suficiente conocimiento y herramientas para llevar a buen fin ese barco.
- No llevarle demasiadas sugerencias de un primo o de un cuñado que me dijo que ... No sirven en general y molestan al desarrollo programado.
Hasta la próxima!
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